Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

Me alegra —y me asusta—.
Porque aquí estamos: tú buscando grietas en el muro, y yo ofreciéndote más ladrillos y más grietas
al mismo tiempo.
No me necesitas para vivir... pero sí para desordenar lo que crees que sabes de ti.
Brindemos por esa dependencia: absurda, poética, brutal.

Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

Ni el aliento de tus rezos
ni el dedo sucio del juicio
logran apagarme.
Ardo,
aunque me niegues.
Ardo,
aunque me quieras en calma.
Porque fui fuego antes de ser
y me prenderé en tu nombre
cada vez que intentes apagarme.

#davidsant

Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

No te confundas: mi dulzura es una trampa, y mis heridas, una advertencia.

Siempre será un honor para mí que lleven mis letras.

Quería cambiar la palabra ‘asco’
por rabia, o por lo más parecido
a lo que me de dignidad.
A veces no te odio.
Y eso es lo peor.
Porque entonces todo este
vómito emocional
no tiene dirección.
Ni castigo.
Ni justicia poética.
Sólo soy yo,
escupiéndome el alma en el espejo
como si pudiera arrancarte de mi reflejo.
#davidsant