Warning: mkdir(): No space left on device in /var/www/tgoop/post.php on line 37

Warning: file_put_contents(aCache/aDaily/post/algodelevangelio/--): Failed to open stream: No such file or directory in /var/www/tgoop/post.php on line 50
Algo del Evangelio@algodelevangelio P.17837
ALGODELEVANGELIO Telegram 17837
Comentario a Juan 8, 1-11:

Dejar de ser acusadores. Tirar la piedra que llevamos en el corazón y en las manos, muchas veces lista para golpear a los demás. Dejemos de ser acusadores. Tiremos la piedra, pero al piso. A nadie tiremos piedras. Esa es la cuestión de este domingo quinto de Cuaresma.
La escena de Algo del Evangelio de hoy es impresionante, da ganas de meterse en el corazón de esa mujer, da ganas de ser también un espectador en ese momento. ¿Qué habrá sentido? ¿Qué habrá sentido al llegar siendo acusada y, al mismo tiempo, con el peso de sus propias debilidades, de sus pecados? ¿Qué habrá sentido al escuchar y al percibir la mirada de Jesús, que no la condenó y que además la animó a empezar un camino nuevo? ¿Qué habrá escrito Jesús en el piso mientras todos tenían sus piedras en las manos? ¿Qué habrán sentido esos hombres que para probarlo a Jesús y por querer acusarlo terminaron tirando sus piedras y se fueron, como se dice acá, «silbando bajito» como haciendo que no pasó nada? ¡Qué escena impresionante! Es la imagen más impactante de lo que Jesús vino a hacer entre los hombres, no a condenar, sino a perdonar y, además, ayudarnos a salir del pecado mucho mejor.
Jesús no niega el pecado de la mujer, no lo tapa, no lo esconde, no hace como que no pasó nada, como a algunos les gusta decir, sino que evita condenar para que, desde el amor, que no condena, esa mujer, vos y yo no pequemos más, empecemos una vida distinta, una vida nueva; «en adelante no peques más». Por eso, Jesús no niega el pecado, pero sí se interpone para que otros pecadores no cometan otro pecado más, tirando piedras teniendo aún pecados. Tirar piedras es también un pecado. Tirar piedras creyendo que tenemos el derecho a hacerlo, es tan pecado como el pecado que señalamos de los demás. El pecado es así, engendra pecado. El pecado «cría» pecados y pecadores.
Este es otro domingo más en el que Jesús nos pone de frente al espejo de nuestra propia realidad y debilidad; una especie de parábola del padre y sus dos hijos, en vivo y en directo. Esto ya no es más un cuento, esto pasa en la realidad, en la realidad de antes y de ahora. Hay pecadores de todo tipo, nadie se queda afuera. Un pecador convencido, que se enorgullece por pecar y anda ciego por el mundo pecando y molestando a los demás, y por eso necesita de un buen golpe para reaccionar. El pecador de clase media, por decirlo de alguna manera, el común que sufre por pecar, vos y yo somos esclavos a veces del pecado y, además, somos acusados por otros. Y el pecador de clase alta, por usar una imagen –cuesta tanto, pero es la que se me ocurrió– el que se cree que no es pecador y además se cree con el derecho a apedrear a los demás. Sería algo así: «Casi que todos son pecadores, menos yo», «Padre, yo nunca hice nada malo», «Padre, es increíble cuánta gente mala hay dando vueltas por ahí». Son las frases clásicas de esta clase de pecadores. Pecadores anestesiados que no descubren que les falta muchísimo para amar en serio. Que no hace falta ser un gran pecador para haber sido perdonado por Jesús. Que, en realidad, si no caímos tan bajo como aquellos que señalamos, es porque Jesús nos salvó antes, nos quitó la piedra del camino para que no caigamos. Esa es la verdad de nuestra vida.
No importa qué clase de pecador seamos, sino que lo somos, sino que lo sos, que lo soy. No importa tanto eso, eso ya lo deberíamos saber. Importa que Jesús no nos condena. «Yo tampoco te condeno». Aunque seas el peor pecador del mundo, de una clase u otra, él no te condena. No nos condena. Si pecamos, si pecaste, él nos invita a «no pecar más» y si quisiste apedrear a otro, sin darte cuenta que sos pecador, te invita a «tirar las piedras», pero al piso. ¡Tirala! ¡¡No tenés derecho a apedrear a nadie!!!
¿Qué habrá escrito Jesús ese día en el piso? «Yo no te condeno, empezá una vida nueva y no peques más» o también… «Tirá la piedra…pero al piso, tirá las piedras de tu corazón, no sos nadie para condenar».



tgoop.com/algodelevangelio/17837
Create:
Last Update:

Comentario a Juan 8, 1-11:

Dejar de ser acusadores. Tirar la piedra que llevamos en el corazón y en las manos, muchas veces lista para golpear a los demás. Dejemos de ser acusadores. Tiremos la piedra, pero al piso. A nadie tiremos piedras. Esa es la cuestión de este domingo quinto de Cuaresma.
La escena de Algo del Evangelio de hoy es impresionante, da ganas de meterse en el corazón de esa mujer, da ganas de ser también un espectador en ese momento. ¿Qué habrá sentido? ¿Qué habrá sentido al llegar siendo acusada y, al mismo tiempo, con el peso de sus propias debilidades, de sus pecados? ¿Qué habrá sentido al escuchar y al percibir la mirada de Jesús, que no la condenó y que además la animó a empezar un camino nuevo? ¿Qué habrá escrito Jesús en el piso mientras todos tenían sus piedras en las manos? ¿Qué habrán sentido esos hombres que para probarlo a Jesús y por querer acusarlo terminaron tirando sus piedras y se fueron, como se dice acá, «silbando bajito» como haciendo que no pasó nada? ¡Qué escena impresionante! Es la imagen más impactante de lo que Jesús vino a hacer entre los hombres, no a condenar, sino a perdonar y, además, ayudarnos a salir del pecado mucho mejor.
Jesús no niega el pecado de la mujer, no lo tapa, no lo esconde, no hace como que no pasó nada, como a algunos les gusta decir, sino que evita condenar para que, desde el amor, que no condena, esa mujer, vos y yo no pequemos más, empecemos una vida distinta, una vida nueva; «en adelante no peques más». Por eso, Jesús no niega el pecado, pero sí se interpone para que otros pecadores no cometan otro pecado más, tirando piedras teniendo aún pecados. Tirar piedras es también un pecado. Tirar piedras creyendo que tenemos el derecho a hacerlo, es tan pecado como el pecado que señalamos de los demás. El pecado es así, engendra pecado. El pecado «cría» pecados y pecadores.
Este es otro domingo más en el que Jesús nos pone de frente al espejo de nuestra propia realidad y debilidad; una especie de parábola del padre y sus dos hijos, en vivo y en directo. Esto ya no es más un cuento, esto pasa en la realidad, en la realidad de antes y de ahora. Hay pecadores de todo tipo, nadie se queda afuera. Un pecador convencido, que se enorgullece por pecar y anda ciego por el mundo pecando y molestando a los demás, y por eso necesita de un buen golpe para reaccionar. El pecador de clase media, por decirlo de alguna manera, el común que sufre por pecar, vos y yo somos esclavos a veces del pecado y, además, somos acusados por otros. Y el pecador de clase alta, por usar una imagen –cuesta tanto, pero es la que se me ocurrió– el que se cree que no es pecador y además se cree con el derecho a apedrear a los demás. Sería algo así: «Casi que todos son pecadores, menos yo», «Padre, yo nunca hice nada malo», «Padre, es increíble cuánta gente mala hay dando vueltas por ahí». Son las frases clásicas de esta clase de pecadores. Pecadores anestesiados que no descubren que les falta muchísimo para amar en serio. Que no hace falta ser un gran pecador para haber sido perdonado por Jesús. Que, en realidad, si no caímos tan bajo como aquellos que señalamos, es porque Jesús nos salvó antes, nos quitó la piedra del camino para que no caigamos. Esa es la verdad de nuestra vida.
No importa qué clase de pecador seamos, sino que lo somos, sino que lo sos, que lo soy. No importa tanto eso, eso ya lo deberíamos saber. Importa que Jesús no nos condena. «Yo tampoco te condeno». Aunque seas el peor pecador del mundo, de una clase u otra, él no te condena. No nos condena. Si pecamos, si pecaste, él nos invita a «no pecar más» y si quisiste apedrear a otro, sin darte cuenta que sos pecador, te invita a «tirar las piedras», pero al piso. ¡Tirala! ¡¡No tenés derecho a apedrear a nadie!!!
¿Qué habrá escrito Jesús ese día en el piso? «Yo no te condeno, empezá una vida nueva y no peques más» o también… «Tirá la piedra…pero al piso, tirá las piedras de tu corazón, no sos nadie para condenar».

BY Algo del Evangelio


Share with your friend now:
tgoop.com/algodelevangelio/17837

View MORE
Open in Telegram


Telegram News

Date: |

With Bitcoin down 30% in the past week, some crypto traders have taken to Telegram to “voice” their feelings. Although some crypto traders have moved toward screaming as a coping mechanism, several mental health experts call this therapy a pseudoscience. The crypto community finds its way to engage in one or the other way and share its feelings with other fellow members. Telegram channels fall into two types: Add up to 50 administrators The SUCK Channel on Telegram, with a message saying some content has been removed by the police. Photo: Telegram screenshot.
from us


Telegram Algo del Evangelio
FROM American