tgoop.com/algodelevangelio/17741
Last Update:
Aprendamos que de nosotros quedará más lo que hicimos que lo que hablamos, que «el amor está más en las obras que en las palabras», como decía san Ignacio. Dios tiene sed de que tengamos sed de él, y amándolo, amemos a los demás. No tiene sed de que le hablemos mucho, debe estar cansado de tanta palabrería. Tiene sed de que lo amemos con nuestra propia vida.
Algo del Evangelio de hoy, sin decirlo, es una muestra más de que María y José aprendieron día a día a ser obedientes a la Palabra de Dios, a las palabras de Jesús, aun sin comprender completamente lo que pasaba. Eso nos pasa en momentos límites, pero deberíamos aprender a vivirlo cada día, en cada situación. Me acuerdo esa mujer, que me vino a ver, que estaba viviendo sus últimos momentos en la tierra, que ya se estaba dando cuenta que la vida se le apagaba poco a poco. Me decía algo así cuando le preguntaba qué sentía en esos momentos… Me decía: «Estoy dispuesta a lo que Dios disponga. A Dios no se le discute, él sabe cuál es el momento oportuno». ¡Qué gratificante! ¡Qué lindo escuchar algo así! Seguro que José pensó lo mismo. ¡Qué lindo que es cuando todo lo que predicamos en la Iglesia, lo que predicamos cada día los sacerdotes, vos y yo, de golpe se pone en evidencia en una vida concreta, en una persona que lo dice y lo hace!
A san José me lo imagino así, me lo imagino un hombre de paz, de corazón sencillo, un hombre firme, fuerte, pero humilde y sincero, con un corazón gigante como para amar a María y a Jesús, pero abierto siempre al misterio, a la incomprensión, al silencio, a la confianza total. Que en este día tan especial su intercesión nos alcance lo que Dios quiera regalarnos y su santidad nos impulse a desear a hacer siempre la voluntad de nuestro Padre.
www.algodelevangelio.org
algodelevangelio@gmail.com
p. Rodrigo Aguilar
BY Algo del Evangelio
Share with your friend now:
tgoop.com/algodelevangelio/17741