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Los católicos a veces hemos perdido el don de saber y aprender a ayunar para poder dominar nuestra interioridad, nuestra voluntad, para poder encontrarnos con Jesús, para aprender a renunciar a cosas superficiales que a veces tapan lo esencial.
Alguien me preguntó una vez: «Padre, cuando Jesús habla del ayuno, ¿es literal?». Y sí, la verdad que sí. Nunca usa Jesús una imagen para hablar del ayuno, como pasa con otras cosas, sino que habla simplemente del ayuno. Nunca dice: «Bueno, hagan como si fuera que ayunan, ayunen, pero con el corazón». Jesús habló del ayuno real, de la privación voluntaria del comer para poder encontrarnos con él.
El ayuno hoy tiene sentido porque Jesús nos fue quitado, no lo podemos ver. No está físicamente con nosotros, está presente por la fe en la Eucaristía y en los demás, pero para poder encontrarlo es necesario alguna vez aprender a renunciar a lo más básico para poder entrar en comunión con él hasta que él vuelva; por eso también el ayuno antes de recibir la Eucaristía, que tenemos que volver a practicar en la Iglesia también.
Ayunar de alguna manera voluntariamente, con amor, por supuesto, es como decir quiero vaciarme de lo demás para poder percibirte y dejar que entres en mi corazón. El ayuno nos conecta con nosotros mismos y nos abre a los demás, a Jesús, porque nos evita que nos esclavice lo más básico de nuestra vida. El que come bien se comunica bien con los demás. El que se sienta a la mesa a devorar todo, o devora todo en todo momento y en todo lugar, es el que no sabe levantar la cabeza para mirar y dialogar con los demás.
Probemos ayunar realmente, te lo propongo, con amor, de corazón, sin que nadie lo sepa, sin poner cara triste. Probemos ayunar y dar tiempo a algo distinto para estar con los demás. Probemos ayunar y ser dueños de nuestras propias voluntades para poder decidir siempre lo mejor. Probemos ayunar sin que nadie se dé cuenta. Probemos vivir esta recomendación de Jesús con verdad, sin aguarla, sabiendo que la comida es un bien necesario, pero no absoluto, porque «no solo de Pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios».
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p. Rodrigo Aguilar
BY Algo del Evangelio
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