tgoop.com/algodelevangelio/17622
Last Update:
Hoy se plantea el problema de creerse los más grandes, pero en relación a los más lejanos con respecto a Jesús, a los que parece que no lo siguen de cerca, que no fueron elegidos, que no son del círculo íntimo. ¡Cuánto pasa esto en la Iglesia también! El verdadero afecto siempre es inclusivo, no busca excluir, no quiere poseer al otro. En este caso, el Evangelio muestra que los discípulos pretendían que Jesús sea solo de ellos y que, además, se amolde a ellos, a sus criterios, a su forma de ver las cosas. No entendimos nada de Jesús, no lo conocemos realmente, si nos creemos que solo nosotros podemos hacer el bien en nombre de él. En la realidad, no somos tan burdos, tan evidentes, pero sí lo somos con nuestras actitudes, celos, envidias, comentarios, indiferencias con respecto a otros grupos, movimientos, parroquias, espiritualidades y mucho más cuando miramos fuera de la Iglesia. Es triste cuando en la Iglesia, en tu iglesia, en tu grupo de oración, en tu movimiento, en tu parroquia, con tu sacerdote, en nuestra forma de pensar, existen estas tendencias posesivas, estas inclinaciones a considerar que lo distinto no es de lo «nuestro», como si fuéramos una elite, una pequeña secta.
Casi sin decirlo intentamos «poseer a Jesús» como si fuera nuestro, cuando en realidad nosotros somos de él, y él es el que elige e invita a hacer el bien a todo el que lo conoce, incluso ayuda a hacer el bien a aquellos que no lo conocen. Si queremos ser cristianos en serio que incluyan y que no posean, cristianos que aman a Jesús y no lo retienen, sino que lo comparten, empecemos por cambiar la manera de pensar y de expresarnos. Cada uno de nosotros, levantemos la cabeza y miremos más allá de nuestras narices y ombligos, porque se hace mucho bien en nombre de Jesús, fuera de nuestros ámbitos y es bueno que aprendamos a valorarlo.
www.algodelevangelio.org
algodelevangelio@gmail.com
p. Rodrigo Aguilar
BY Algo del Evangelio
Share with your friend now:
tgoop.com/algodelevangelio/17622