La paradoja de las relaciones modernas: si te entregas demasiado, te dicen que eres dependiente. Si luchas por alguien, te dicen que te falta amor propio. Si pones límites, te dicen que lo estás complicando. La clave parece ser no demostrar demasiado y no querer demasiado. Pero esta no es la solución. Elige sentir de verdad, arriésgate y quédate donde valga la pena. Porque en el fondo, lo que realmente importa no es la cantidad de amor que das, sino la calidad de las conexiones que haces.
Muchas veces nos aferramos a lo que pensamos que debería ser, a nuestras expectativas y sueños idealizados, sin darnos cuenta de que este apego nos impide ver y aceptar la realidad tal como es. Dejar ir lo que pensábamos que sería y aceptar lo que realmente es, es un acto de liberación emocional que nos permite vivir en el presente con mayor paz y claridad.
Ojala sepas que después del dolor hay más vida, más felicidad, más personas y más oportunidades.
La gente te amará por lo que eres y otros te odiarán por la misma razón.
sin arrepentirme de nada porque yo sabía que el vidrio cortaba y lo agarré con las manos.
Una pareja que es capaz de amarse libremente, y esto es, poder decirse las cosas sin miedo al otro, es una pareja que perdura.